3962852 Peso Mexicano a Dólar
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Actualizado: 19 de Febrero de 2023
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Actualmente existen los billetes de $20, $50, $100, $200, $500 y $1000. Y las monedas de 5, 10, 20, 50 centavos (¢), y 1, 2, 5, 10 pesos ($) y 20 pesos (conmemorativas).
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Peso Mexicano
Durante la época prehispánica se utilizaba en Mesoamérica el cacao como moneda de intercambio entre los pueblos, pero no puede hablarse que desde entonces existiera el peso tal como lo conocemos hoy en día.
Durante el periodo de conquista y mediante una cédula Real, el 14 de septiembre de 1519 Hernán Cortés fue facultado para fundir y marcar todo el oro que hubiese encontrado en Tenochtitlán, para este fin se utilizó el Palacio de Axayácatl.
No obstante, al haber poca moneda de intercambio y nula supervisión de la calidad, surgió el oro de tepuzque, que no fue otra cosa más que una moneda de cobre con una pequeña cantidad de oro.
La cual no fue aceptada por los indígenas por considerarla un engaño, así que se prolongó un tiempo más el uso del cacao.
Cuando los romanos comenzaron a extender su imperio recogieron los frutos de las conquistas; entre ellos, los logros de la cultura griega, como la acuñación de moneda metálica. Las colonias romanas llevaron la tradición de la acuñación a toda Europa.
España, que había sido conquistada antes por los griegos, continuó esa tradición y de ahí la trasladaron a tierras americanas recién descubiertas.
La moneda metálica acuñada empezó a conocerse y a circular en México en la tercera década del siglo XVI.
Durante la primera etapa de la conquista, los españoles que llegaron al nuevo mundo tuvieron que usar las pocas monedas castellanas que traían consigo y los medios de cambio que utilizaban los indígenas tales como el cacao, cuentas de jade o jadeita conocidas como chalchihuis, mantas de algodón o patolcuachtli, cañones de pluma de pato rellenos de polvo de oro y hachuelas o tajaeras de cobre en forma de letra tau griega.
De hecho, el cacao subsistió como medio de cambio en algunos lugares del sureste de México hasta principios del siglo XX.
La historia del peso comenzó con el periodo virreinal, poco después de la conquista, cuando arribó a la Nueva España el virrey Antonio de Mendoza, el cual traía consigo la encomienda de la Corona Española, para la creación de la primera casa de moneda de América. De tal manera que en 1535 es fundada la ceca de México.
A la moneda que se acuñaba, se le denominaba Real de a ocho o peso duro, contenía 27 gramos y medio de plata, con un grado de pureza mayor a 900 milésimas, dejando atrás la burda calidad de los primeros años, cabe señalar que el Real de a ocho se venía utilizando en España antes de su encuentro con el Nuevo Mundo, pero este acontecimiento lo marcó tiempo después, como la moneda más importante del mundo por cerca de 400 años.
El comercio fue el motor de la expansión global del Real de a ocho, su difusión comenzó con las rutas que partían desde España hacia el puerto novohispano de Veracruz y desde el puerto de Acapulco hasta Filipinas y China, a través de los galeones o naos. Es decir se utilizó en España, en todos sus territorios y puertos de ultramar.
Cuando comenzó la emancipación de América, los ejércitos independentistas acuñaron sus propias monedas también.
José María Morelos acuñó monedas de cobre por la escasez de plata imperante durante las revueltas, esas monedas eran promesas de pago al momento que terminara la independencia, es decir, se cambiarían por monedas de plata; esto supone la primera aparición del dinero fiduciario en México, las monedas que utilizaban el ejército realista y el independentista, circularon indistintamente por todo el país, incluso en Estados Unidos y Centroamérica.
Cuando Estados Unidos logró su independencia, se vio en la necesidad de crear una moneda nacional y mediante un decreto firmado el 6 de julio de 1785, las monedas fabricadas en México pasaron a ser la base del sistema monetario estadounidense, solo que su nombre convencional sería cambiado a dólar y la paridad se fijó en un peso plata por un dólar estadounidense, el cual no se comenzó a acuñar sino hasta el 2 de abril de 1792, año en que se estableció la casa de moneda de los Estados Unidos.
Aun así, en 1793 el Congreso de los Estados Unidos declaró a las monedas mexicanas medio legal de pago, y en esa calidad se mantuvieron hasta el 21 de febrero de 1857.
En Centroamérica, el peso mexicano dejó de ser medio legal de pago en 1824; en las Filipinas, hasta el 1 de mayo de 1852, y en Canadá, hasta el 1 de enero de 1858.
Cabe señalar que mucho tiempo antes, estos países ya habían empezado a circular papel moneda con diferentes denominaciones que acreditaba al portador el equivalente de dicho pagaré en monedas de plata mexicana.
Con el tiempo, estos pagarés (o billetes) empezaron a apreciarse de valor y ya durante el Porfiriato aunque este continuó utilizando la moneda de plata, la paridad empezó a fluctuar entre uno y dos pesos por dólar.
Al igual que con su antecesor, el real de a 8, el comercio español con China hizo que el peso se difundiera también en el sureste asiático, por lo que las piezas eran reselladas para que tuvieran curso legal en esos países.
La necesidad de moneda fraccionaria causó que a menudo las piezas fueran cortadas físicamente en dos, cuatro u ocho trozos, para lograr un cambio más pequeño para posteriormente resellarlas para su uso.
Este es el origen de la expresión mexicana «no tengo ni un peso partido por la mitad».
En 1931, la ley monetaria establecía la equivalencia y respaldo de la moneda mexicana en 0.75 g de oro puro por peso emitido.
Por tal motivo, mediante decreto publicado el 22 de junio de 1992 en el Diario Oficial de la Federación, a partir del 1 de enero de 1993 entró en vigor una nueva unidad monetaria para los Estados Unidos Mexicanos denominada "nuevo peso", el cual le quitaba 3 ceros al anterior, de tal manera que 1,000 pesos de 1980 equivalen a 1 nuevo peso (N$) desde enero de 1993.
Los objetivos de esta medida eran: Este cambio se programó para realizarse en tres años, de acuerdo con el siguiente calendario: En la última serie de pesos anterior a 1992 se emitieron monedas con faciales comprendidos entre un centavo y 5,000 pesos.
En las distintas épocas, tanto las aleaciones como los tamaños y los valores iban cambiando sus características técnicas, debido principalmente a la inflación de la década de 1970 y 1980.
Estas monedas aún pueden ser cambiadas por su equivalente en pesos actuales en 414 centros de canje dentro del país, En el anverso, como ocurre en todas las monedas de curso legal en México, se muestra el escudo nacional. Estas monedas conmemorativas dejaron de ser acuñadas el 31 de diciembre de 2010.
El papel moneda no apareció en México sino hasta el siglo XIX, después de la Independencia de México, los cuales tuvieron una gran aceptación por parte de la población en general.
No existía un banco central, los billetes y las monedas eran emitidos por bancos comerciales, hasta 1925, cuando se creó el Banco de México.
El Banco de México tiene sus antecedentes en 1822, durante el Imperio de Agustín de Iturbide, donde se presentó un proyecto para crear una Institución encargada de emitir billetes que se denominaría "Gran Banco del Imperio Mexicano" el cual se rechazó, hasta su verdadera fundación 100 años después.
Hubo cinco series de billetes emitidos por el Banco de Londres, México y Sudamérica entre 1864 y 1924, en un principio, los billetes solo se imprimían por una sola cara, eran unifásicos.
Las denominaciones eran de $5, $10, $20, $50, $100, $500 y $1,000 pesos (MXP), y se fueron imprimiendo en pequeñas cantidades y por las denominaciones de menor valor. Los primeros billetes no tenían una temática específica. La primera serie sólo se emitió en denominación de MXP $5 pesos.
La segunda serie se imprimió entre 1871 y 1882 por Bradbury Wilkinson and Company, y también eran unifásicos.
Por primera vez se introduce un elemento mexicano en papel moneda al mostrarse la efigie del lado izquierdo de Moctezuma. Solo se imprimieron las denominaciones de MXP $5 y $10 pesos. Hubo dos series de billetes de tipo AA.
La primera serie fue fabricada por la American Bank Note Company en denominaciones de $1, $5, $10, $20, $50, $100, $500, $1,000 y $10,000 pesos (MXP).
Posteriormente, el Banco de México comenzó a fabricar sus propios billetes, con diseños diferentes a los anteriores y solamente en denominaciones de $5, $10, $20, $50, $100, $500 y $1,000 pesos (MXP).
Todos los billetes de este tipo fueron desmonetizados a partir del 1 de enero de 1996.
Billetes emitidos por el Banco de México en denominaciones altas, de $2,000, $5,000, $10,000, $20,000, $50,000 y $100,000 pesos (MXP), debido a la inflación de las décadas de 1970 y 1980.
Todos los billetes de este tipo fueron desmonetizados a partir del 1 de enero de 1996.
Los primeros billetes emitidos en la nueva unidad monetaria, en denominaciones de N$10, N$20, N$50 y N$100 (nuevos pesos – MXN).
Estos billetes mantuvieron los elementos de diseño de sus equivalentes del tipo A; $10,000, $20,000, $50,000 y $100,000. Comenzaron a circular a partir del 1 de enero de 1993, fueron billetes de transición.
Este tipo de billete se emitió en denominaciones de N$10, N$20, N$50, N$100, N$200 y N$500 (nuevos pesos – MXN).
Los billetes presentan nuevos diseños, con elementos similares para todas las denominaciones y se imprimieron en dos tamaños: las denominaciones de N$10, N$20 y N$50 tienen dimensiones de 129 x 66 mm; las denominaciones de N$100, N$200 y N$500 tienen dimensiones de 155 x 66 mm comenzando a circular a partir del 3 de octubre de 1994.
En esta edición se nota en el encabezado la antigua leyenda "El Banco de México Pagará a la vista al portador..." y las etiquetas de "Nuevos Pesos" referentes de las denominaciones.
Estos billetes se imprimieron en las mismas denominaciones y con los mismos diseños y dimensiones que los billetes de tipo C, pero eliminando la nomenclatura nuevos, además de que en el encabezado se suprime la antigua frase "Pagará a la vista al portador" dejando solamente la leyenda de "Banco de México".
En esta emisión, se imprime por última vez el billete de $10 pesos (MXN) en 1997, ya que era un gasto muy grande e innecesario su producción siendo ya existentes las monedas de la misma denominación. Comenzaron a circular el 1 de enero de 1996.
Dentro de esta emisión se encuentran los billetes conmemorativos del 75 aniversario del Banco de México.
El Banco de México decidió experimentar con la emisión de billetes impresos en polímero con el fin de extender la vida útil de los billetes de mayor circulación y dificultar su falsificación.
El primer billete en imprimirse en este material fue el de $20 pesos (MXN), usando el mismo diseño del billete tipo D correspondiente, con pequeños ajustes para acomodar las características de seguridad propias de la nueva técnica.
El resto de las denominaciones continuaron imprimiéndose en papel, pero incorporando hasta tres características de seguridad nuevas: La denominación de $50 pesos solamente incluye la banda iridiscente. Las denominaciones de $100, $200, $500 pesos, incluyen las tres características.
En esta serie se emite por primera vez en 2004 el billete de $1,000, incluyendo las nuevas características de seguridad.
Diseño iconográfico Los billetes mexicanos de la serie D1 cuentan con el siguiente diseño iconográfico: En 2006 el diseño de los billetes se cambió, debido a las siguientes razones: El Banco de México agregó nuevos elementos de seguridad: Se introdujo primero el billete de $50 (noviembre de 2006), para continuar con el de $20 (agosto de 2007), los de $200 (septiembre de 2008), los de $1,000 (abril de 2008), los billetes de $100 (agosto de 2010) y los billetes de $500 (31 de agosto de 2010).
Para facilitar el reconocimiento de los billetes por los invidentes, los billetes tienen tamaños diferentes, que difieren en 7 mm entre denominaciones.
Los billetes de $20 y $50 son de polímero, mientras que los de $100, $200, $500 y $1,000 son de papel de algodón.
El Banco de México lanzó el 6 de mayo de 2013 la nueva edición del billete de 50 pesos.
En el anverso muestra el retrato de Morelos, que aparece como motivo principal, en un grabado similar al del billete anterior (Tipo F).
A la izquierda del retrato se aprecia una viñeta formada por el estandarte de Morelos, dos cañones entrecruzados y el arco, la flecha y la palabra SUD; elementos, estos últimos, utilizados en las monedas acuñadas por el jefe insurgente. Estos cañones son de color azul.
Sobre este conjunto aparece, en microimpresión decreciente, el siguiente fragmento tomado de los Sentimientos de la Nación: “QUE LA ESCLAVITUD SE PROSCRIBA PARA SIEMPRE Y LO MISMO LA DISTINCIÓN DE CASTAS, QUEDANDO TODOS IGUALES, Y SOLO DISTINGUIRÁ A UN AMERICANO DE OTRO EL VICIO Y LA VIRTUD.
” Debe señalarse que el retrato de Morelos, las leyendas, los numerales de la denominación y la viñeta están impresos en relieve.
En esta cara del billete se pueden observar mariposas monarca, características del estado de Michoacán, impresas y en la ventana transparente.
Otra característica de este billete es el tamaño creciente de los numerales del folio.
En el reverso el elemento iconográfico principal es el acueducto de Morelia, Michoacán, construido en el siglo XVIII por disposición del obispo Manuel Escalante Columbres.
En la parte izquierda inferior del acueducto se observa el glifo estilizado de Michoacán (Mechuaca, tierra del pescado, tomado del Códice Telleriano Remensis).
En el reverso también se pueden observar mariposas monarca, unas impresas y otras en la ventana transparente, además de que el billete muestra fluorescencia ante la luz ultravioleta.
A partir de 2018 comenzó la producción y puesta en circulación de la nueva familia de billetes denominada "Identidad histórica y patrimonio natural", siendo un cambio completo en el diseño de los mismos, pues desde 1994 con la Familia C de billetes se mantuvo el color predominante y la efigie en todos los billetes, únicamente llevando a cabo nuevos diseños.
Las principales razones para este cambio son: El Banco de México agregó nuevos elementos de seguridad: Se introdujo primero el billete de $500 (27 de agosto de 2018), para continuar con el de $200 (2 de septiembre de 2019), los de $1000 (previsto en 2020), mientras que para los de $50 y $100 no existe aún fecha determinada.
Cabe mencionar que esta nueva familia contempla ya no producir billetes con denominación de $20, así como una posible introducción de un billete con denominación de $2000.
El Banco de México puso en circulación, el 44097 de 2010, 50 millones de billetes de 200 pesos conmemorativos del Bicentenario de la Independencia de México, y 50 millones de 100 pesos para festejar el Centenario de la Revolución Mexicana.
Se explicó que el error tuvo su origen en el archivo de cómputo, durante el diseño de las imágenes con las cuales se forman láminas de impresión de los billetes.
La frase “efectivo” se encuentra bien escrita en el anverso del billete con letras de color azul y rojo, con una altura menor de 5 milímetros, en un solo renglón, en una posición visible del billete.
En cambio, al reverso, donde se encuentra el error, las letras son de color amarillo, con una altura de 6 milímetros, la palabra se repite varias veces, porque la frase se reproduce parcialmente en seis renglones con una pronunciada curvatura.
Pese al detalle, la autoridad monetaria anunció que el valor monetario, histórico y simbólico de los billetes conmemorativos de 100 pesos no se verán afectados por dicha situación.
Las imágenes están impresas en un formato vertical, sus dimensiones son: 141 mm de largo por 66 mm de alto.
El billete tiene como motivo principal la imagen de Miguel Hidalgo y Costilla con un estandarte, que se convirtió en la bandera del ejército insurgente.
La imagen procede de la obra de Jesús Enrique Emilio De La Helguera Espinoza titulada “Don Miguel Hidalgo”, la cual representa el inicio de la Guerra de Independencia.
En el reverso, los elementos que sobresalen son: el Ángel de la Independencia, que se localiza en el Paseo de la Reforma de la ciudad de México y la estilización del gorro frigio resplandeciente como símbolo de la libertad, utilizada por muchos años en las monedas metálicas del México independiente.
Como principales elementos de seguridad del billete de 200 pesos destacan: un hilo especial de seguridad aventanillado que cambia de color al inclinar el billete en distintos ángulos, una marca de agua en la que, al observarlo a trasluz, se ve el Ángel de la Independencia y una impresión de la Campana de la Independencia.
Al igual que en el billete de 100 pesos, con una lámpara de luz negra se pueden observar figuras de color amarillo en el reverso del billete de 200 pesos.
Al 1 de enero de 2010, todos los billetes de los tipos B, C, D, D1 y F tienen poder liberatorio; sin embargo, los billetes de los tipos B y C prácticamente no aparecen ya en circulación.
Los billetes de tipo D y D1 para las denominaciones donde ya existe un billete equivalente del tipo F están siendo retirados de la circulación conforme se van deteriorando.
Los billetes del tipo D1 y F (emitidos y no emitidos aún) convivirán y tendrán curso legal hasta que se sustituyan totalmente por el tipo F.
Todos los billetes de los tipos AA y A, cuyo valor está indicado en la unidad monetaria MXP, fueron desmonetizados el 1 de enero de 1996.
Estas piezas solamente pueden ser canjeadas por billetes de la unidad monetaria MXN en los centros de canje establecidos por el Banco de México. Su valor actual equivale a la denominación impresa en ellos, dividida entre mil.
Todos los billetes de la serie F se producen actualmente, menos el billete de 50 pesos, que es tipo F1.
A continuación se va mostrar una tabla de los billetes actualmente en impresión: Los billetes se usan en una infinidad de transacciones comerciales realizadas en todo el país.
Pasan de mano en mano muchas veces, se exponen a distintos climas y con frecuencia, a la falta de cuidados al utilizarlos.
Todos estos factores provocan que los billetes se deterioren, en ocasiones de manera natural y en otras, de forma intencional.
Pero, ¿por qué es importante que los billetes estén en buen estado? Cuando un billete está en buenas condiciones resulta más fácil identificar sus elementos de seguridad, los cuales, nos permiten distinguir entre billetes auténticos y billetes falsos.
Cuando los billetes maltratados ingresan a los bancos, se separan con el fin de enviarlos a Banco de México para su destrucción.
Los billetes que se destruyen se reponen con billetes nuevos y esto representa un gasto mayor para el país.
Para ayudar a mantener los billetes en buenas condiciones y prolongar su vida, se recomienda que no se arruguen, no se engrapen, no se rayen y no se marquen.
Deben mantenerse alejados del fuego y humedad, y de preferencia, deben guardarse extendidos sin realizar dobleces aunque si esto es necesario, hay que procurar no recalcar el doblez.
Si se tiene un billete roto o con una parte desprendida, se recomienda utilizar cinta adherible transparente; o bien, acudir a cualquier banco o a un Centro de Canje para que lo evalúen y en caso de proceder, recibir a cambio otro billete que esté en buenas condiciones. Es importante que conozcamos bajo qué condiciones un billete pierde su valor.
Un billete se puede deteriorar de diferentes maneras; en algunos casos, el deterioro afecta únicamente la apariencia del billete y por lo tanto, es posible seguir utilizándolo para realizar pagos; en otros, provoca la pérdida de su valor.
Por ende, un billete mexicano conserva su valor si: No son válidos, e incluso declarados adulterados, si: En muchos pueblos y en muchos sectores de la población de la ciudad de México al peso se le dice varo; sin embargo, este también puede tomar el significado general de dinero: “tener o no tener varo” sería equivalente a “tener o no dinero”.
A los billetes se les dice billullo y al dinero en general se le dice lana, así como billeye o ribete.
A una gran cantidad de monedas en poder de una persona también se le dice feria, cambio, morralla, sencillo y en años anteriores vuelto.
Esta gran diversidad de expresiones para nombrar el dinero circula en las diferentes regiones del país, predominando cada una de ellas en una zona o en otra; sin embargo, de manera general, al dinero se lo denomina la lana o marmaja.
Cuando los llamados viejos pesos estaban en circulación, al millón de pesos se le denominaba melón, pero con la reducción de tres ceros, el antiguo millón se convirtió en mil pesos, ganándose el apelativo de milagro, kilo, una milpa o una milanesa (aunque al millón actual se le sigue llamando melón).
En una conversación coloquial, cuando se supone que el interlocutor conoce el monto aproximado al que se hace referencia, a veces se omite el millar o el ciento, quedando de este modo trescientos pesos como tres pesos, tres bolas, tres varos; cinco mil pesos como cinco varos o cinco bolas en algunos lugares, en la mayoría, se dice solo el primer número: por ejemplo en lugar de decir "cien pesos" solo se dice "uno" y en caso de que al receptor no le quedase claro, se especifica la cantidad tal como es, también para referirse a cantidades de millón se utiliza la expresión "es (son) --- de los grandes"; por ejemplo, si un artículo costara un millón de pesos se diría "Es uno de los grandes"; diez pesos como "un diente" o “un diego”; veinte pesos como un benny o un ventilador; cien pesos como un ciego; doscientos pesos como una sor juana; mil pesos como un "miguelón" o uno de a milagro, entre otras formas ingeniosas para nombrar al dinero. Al antiguo billete de 50 pesos que era azul claro se le decía "ojo de gringa".
En el caso particular del billete de cien pesos, es erróneamente llamado un Cuauhtémoc (un Cuauh o temo) debido a que muchos creen que la efigie de dicho billete es precisamente Cuauhtémoc, cuando en realidad es Nezahualcóyotl, tal vez debido a que ambos personajes fueron tlatoanis el primero de México-Tenochtitlan último de estos y el segundo de Tetzcuco (Texcoco) principal formador de la Triple Alianza, o bien porque ambos son muy importantes en la Historia de México y porque ambos corresponden más o menos al mismo periodo histórico.
La expresión águila o sol al momento de lanzar una moneda, surge del popular uso de la vieja moneda de veinte centavos, la cual tenía en el reverso la pirámide del Sol en Teotihuacan y en el anverso el escudo nacional.
Esa expresión adquiere sentido nuevamente, ya que la moneda de 10 pesos tiene a Tonatiuh (Dios del Sol) y el escudo nacional.
Otra expresión empleada es "ya me cayó el veinte" o "ya te cayó el veinte" la cual se emplea cuando una persona al fin logra comprender algo ("le funciona el cerebro") y hace referencia a la época cuando las máquinas tragamonedas (tales como los teléfonos) funcionaban con monedas de 20 centavos y solo accionaban al momento de caerles la moneda dentro de ellas. Existe en inglés una expresión similar: "the penny dropped".
A las monedas de cincuenta centavos se les denomina tostones, en algunas regiones del país se le dice así también a los billetes de cincuenta pesos.
El origen de esta denominación surge durante la colonia, ya que al Real de a ocho se le llamaba peso y a un Real de a cuatro (la mitad de un peso), tostón.
Para saber más visita el texto original en wikipedia
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